sábado, 3 de septiembre de 2022

Fukushima ,mi amor

 

Y otra canción +

Fukushima, mi amor

Se sueña suave a la luz de los tangos,

y en los puentes de Madison

te esperaré desarmado.

como encuentra la sangre al pecado,

listo ya para morir.

Y no nos faltará nada,

ni dos whiskys con locura

para brindar por la hermosura

que viene después de la rabia y el perdón,

en el palacio de los zares de tu blusa,

yo empecé la Revolución,

deja que te  cuente el universo

y el fin del mundo de los besos

 y un último vals 

en el último verso

de la gran explosión


Volverán las oscuras golondrinas a Fukushima mi amor,

y serán radiactivos los besos

y seremos mas salvajes

y en el último baile te quitaré la ropa

y tiraremos todas las llaves

y que nos lleven las olas

y que nos quede un ojalá

un sueño para poder volar

un siempre para adelante

Y serán radioactivos los besos


Nos guardaremos todos los mapas

caminaremos de estrella en estrella

y llorarán las gitanas en la ultima. cena

del gran resplandor

y no habrá puentes de Madison

ni Clint Eastwood

ni John Wayne

y el fin del mundo en los dedos

para contar las estrella

bailaremos tú y yo.

Volverán las oscuras golondrinas a Fukushima mi amor,

y serán radiactivos los besos

y seremos mas salvajes

y en el último baile te quitaré la ropa

y tiraremos todas las llaves

y que nos lleven las olas

y que nos quede un ojalá

un sueño para poder volar

un siempre para adelante

Y serán radioactivos los besos



La palabra

La palabra

 "Los años pasarán

y todo se convertirá en literatura"

Felipe Benitez  Reyes


Tu decías que sonaban mis manos,

que sonaban preciosas como  joyas perdidas

al tocar tu piel,

que sonaban despiertas,

como si fueran libélulas 

intentando  rozarte.

Tú decías que eras abstemia 

y que brindabas con tequila,

que tuviste una madre huérfana,

que te crió en los peores modales,

de los peores sueños,

de mejor amor.

Tú, que tenías  el acento de las calles más vivas,

que nunca renunciastes a nada

que no se pudiera romper,

que aprendiste todas las lenguas 

del deseo y de la lluvia,

y fuiste mártir y gloria

de camino que siempre  lleva hacia  lo oscuro.



Tú, filóloga clandestina de todas las literaturas,

con masters en autoayuda,

en poesia salvaje

en técnicas orientales de placer y de equilibrio.

Tú,  tan zen y tan  hermosa

tan de lujo y tan herida

tan diosa griega y tan espuria,

tan llena de música rozando tu escote,

mientras sonaba Lois Armstrong

sonaba Nat King Kol,

Ami Withouse,

con la voz hecha de truenos

para encender la vida.

Tu, que a veces fuiste obrera 

y a veces prostituta,

que fuiste causa y testigo de tantas locuras,

que solo inclinaste la cabeza  para desabrochar heridas,

y fuiste gloria y resurrección de los pecados más mortales,

y siempre distes la mano,

para poder tatuarlo de aire

para estirar

hasta romper los nudos,

para estirar hasta la  última gota,

hasta el último aliento,

para  estirar desde lo más cierto,

desde lo más profundo de uno mismo,

y dar una vuelta

y otra vuelta y otra vuelta

hasta convertir la palabra en

                                        abismo,

                                      en mercado persa,

                                        en llave última,

                                                 en frágil espejismo,

                                                 en agujero negro

                                         en luz infinita

que se enciende y se apaga

que se enciende y se apaga

que se apaga y se encienda

hasta llevar la palabra a la cima.



Tú,

suave fiera mordiendo

cada infinito de mi

con mis manos como un bosque 

con mis manos como lobas

enredadas las lenguas

en la fotosíntesis de tu pecho

mientras me cabalgas desnuda

 hasta ver brillar  las estrellas de belleza 

a veces inmunda

a veces etérea

a veces perfecta.


Tú ,

siempre apuntando hacia dentro.

siempre cayendo como fruta madura

siempre cayendo,

                                                              í donde todo sangra,

                                                                        donde todo vive 

                                                                          donde todo sigue,

                                                                    como un corazón latiendo.