lunes, 1 de mayo de 2023

1 DE MAYO. DÍA DEL TRABAJO Y DEL DESEO


Dicen que Karl Marx escribió el Capital enamorado como un colegial de una bailarina rusa, de piernas dulces, que llevaba tatuada la palabra imposible entre los muslos y que se acababa de casar, con un joven aristócrata metido a exportador, al que le sobraba más el dinero que el corazón.

Cuentan las malas lenguas que la lucha de clases y hasta la dictadura del proletariado no fueron más que meras estrategias para acabar con la propiedad privada sentimental y conseguir que con la Revolución, aquella joven, quedara enredada en sus barbas. Y es que la historia de la humanidad se puede explicar a partir del deseo y de las pasiones, ya fueran correspondidas o no. Pocos saben que Thomas Alva Edison inventó la luz para ver la cara de su queridísima esposa cuando llegaba al orgasmo.

O que Mary Shelley escribió Frankenstein para que el esquizofrénico de Lord Byron la dejara en paz.
O que María Magdalena se hizo prostituta después de que ninguno de los bienaventurados discípulos ayudase a su amor a escapar de la cruz.
O que Platón escribió el banquete para conquistar a uno de sus discípulos. Y que incluso Napoleón invadió medio mundo para olvidar a su amante.
Y así una larga lista sin final de filósofos, inventoras, superheroínas, poetas, presidentas de gobierno, obispos, conquistadores, juezas, directores de cualquier cosa que movidos por las pasiones han tenido momentos totalmente imprevisibles, algunos de una perfección creativa absoluta.
Quizás el momento más sublime de esta perfección creativa nos lo dio gran Superman haciendo que la tierra girase al revés y que el tiempo retrocediese para salvar a su amada Lois Lane. Así que ni el tiempo se nos resiste cuando una pasión amorosa nos llama. Por eso, el intento de explicar el deseo acompaña a la historia de la filosofía desde prácticamente el principio de los tiempos. De Platón hasta Freud, pasando por Kant, Schopenhauer o Lacan, entre otros, todos han contribuido a dar luz sobre este término. Por lo que, uniendo en un gran Totum revolutium algunas de sus aportaciones podemos llegar a decir que, desear es el acto principal que nos une a todos los seres humanos. Así que exprimamos y reelaboremos una nueva manera de acercarnos al yo y a un nuevo nosotros.
Desear para ofrecer al otro lo mejor de nosotros mismos. Desear para sentir belleza, para crear una belleza que nos lleve al bien común.
Desear como proceso de autoconocimiento, como construcción de la alteridad, como impulso y pulsión de vida.Desear para sentir lo imposible y a la vez controlar nuestra propia frustración. Desear para que cuando no se cumplan nuestros deseos seguir deseando. Desear para sentir la fricción de la vida, para no quedarnos en un rincón tranquilo, para ser energía que combate la tristeza, lo absurdo y la melancolía.
Desear para que te quites la ropa. Para que cuando te digan que no buscar otra persona a quien seguir deseando. Desear para que no se nos quede nada dentro. Desear sin género. Desear para cambiar el mundo. Desear para luchar por todos. Para reconstruir los imaginarios colectivos .Desear para ser y no tener.Para pensar y no parecer.Desear para ver nuestra propia fragilidad en los deseos no correspondidos.
Y que este deseo se convierta  en el nuevo paradigma de cualquier movimiento social y político que quiera generar transformación y cambio.
El deseo ligado a la individualidad y a la libertad del individuo como motor para llegar al bien común.
Es decir que si le dieran otra oportunidad al gran Marx, seguro que volvería a escribir que la historia de la humanidad es la historia de la lucha por las pasiones y el deseo. Empezando por el suyo, con aquella joven rusa.
Así que hoy, 1 de mayo de 2023, día de los trabajadores y las trabajadoras, démosle la razón a este nuevo marxismo sobre qué el amor, la pasión y el deseo son las únicas energías positivas que pueden cambiar el mundo.
El día que la izquierda, le hable al corazón, podremos decir qué, por fin, ha resucitado de entre los muertos.
Así que a ti, que me estás leyendo, solo puedo decirte, que la revolución todavía es posible y que te deseo.