jueves, 12 de agosto de 2021

Era morder el cielo

Tú, hincaste en mí raíz

de un cemento hecho de ternura,

y soplaste todos mis escalofríos,

cantándome el agua 

donde siempre decías

que escucharía tus ojos gritándome ,

que si te abrazaba,

crecería a mis pies las flores 

                                                  de

                                                       la 

                                                            vida.



Si supieras que el amor se parece al vértigo,

que si caigo tu estás allí sintiéndote 

                                                    océano,

para traerme el salto de una 

                                                pantera 

             hecha a guijarros y estrellas.


Y me dejas secarme los ríos,

ser mapa de ave cantando,

gitana desnuda  

y leerles la mano,

Construir puentes que unan los polos,

ser astro y  quimera

abismo o moneda,

lágrima que inunda los pozos,

hasta pagar la vida

como quien cruza un recuerdo.


Y veo esa lágrima

diminuta y eterna,

lágrima que inunda universo,

que deshace el oxígeno,

que baila los tangos,

que la lluvia la mira

y cae redonda

en mejilla de hombre

hasta hacerse indefensa,

y mi padre la rompe

como joya en herencia,

y me da su tesoro,

donde siento belleza,

donde siento lo inmenso,

donde siento la vida que estira

convertida en deseo.


No eran ángeles,

ni se veían estrellas.

Era morder el  cielo,

bailar la tristeza,

y hacer de tu recuerdo 

una guitarra en el viento,

                                             y vivir,

                                                   contruir 

                                                         ruinas

                                                                      y   hacerlo                                                                                  nuevo.


A Isa y Carlos

A Isa y Carlos 

17/07/2021

Que todas las noches sean noches de boda,

que todas las lunas sean lunas de miel


Tiene un aire de demonio

que nunca ha roto un plato,

te la enseña te la esconde

te la pisa te descose.

Ni Litbarski ni Gento ni Onésimo

ni López Ufarte,

Don Carlos Murillo Andrés,

solo le faltan goles

y le sobran mil regates,

recortes a la luna,

caños a una falda

y no querer más empates.

Y no me explico los motivos,

con este póker en las manos:

Paco Flores

Sahagunes,

Antonio Muñoz,

Perez Cabedo,

y el gran Llamas echando el resto,

que conserve,

su pasión por el esférico.

Y tiene alma de pirata enamorado

qué no cree en la derrota,

y le sobra un corazón

que no late sino explota,

se acelera con pasión

y a veces llora,

pero por amor

quien alguna vez no ha llorado.

Y yo sé que ha perdido alguna vez

todo lo que le han dado.

Tantos días tantas noches

haciendo de la vida un arte,

viviendo del revés

fuimos libres y a la vez esclavos,

tuvimos tiempo para correr

y tiempo para seguir bailando,

pero no hay mayor error

que no haberse equivocado.

Y ese aire de Brad Pitt

eternamente cabreado

Genio de l`Hospitalet,

Pochetino con estilo

hijo predilecto de Guadalmez

que llega siempre con retraso,

mercenario en mil trincheras de mujer

con un 4-3-3

siempre va atacando.

Y cuando la vida nos pida una verdad

ya la habremos olvidado.

Me ha salvado

me ha llevado

me ha dejado con dos putas

y un gitano.

Le he visto crecer

brindar contra el sol,

tatuarse en la piel el dolor

vivir siempre de frente,

y reir y bailar,

inventar el arte de inventar

tender siempre la mano.

y él ya lo sabe,

le quiero,

porque para mí es mi hermano.

Don Carlos Murillo Andrés,

como dijo alguien alguna vez,

felicita a tu novia de mi parte.


Y qué decir de doña Isabel,

Reina de corazones,

con una energía capaz de 

hacer flotar aviones.

Mitad roca mitad canción,

mitad nobleza mitad pasión,

Con esa luz que tiene

la gente que va de frente,

una mujer convincente,

tan estable como intensa,

tan creíble como auténtica,

Que exprime esa verdad,

de un para siempre y un jamás,

porque si algo le sobra es corazón

y una verdad,

los amores de juventud

no se olvidan jamás

Jose Carlos e  Isabel,

Que bailéis tangos sin dolor

Que paréis el tiempo juntos,

 Que no congeléis el  jubilo,

Que solo os salve una canción,

 Y que os prometáis el mar cada mañana.

Y miraros siempre de frente

porque vuestra historia es la única verdad

de que todo lo que pasó una vez

pasa para siempre.

Así que corra el ron,

la cerveza la ginebra la pasión,

porque aquí tus hermanos piratas,

Faralaes a toda vela,

Os deseamos sin razón,

500 noches en vela,

y que seáis Siempre dos 

Y un Maestro 

Y un sueño

Y un amor.